
Patricia Bullrich presentó sus propuestas en La Boca
Medio ladrillo posaba sobre unos catálogos de Unión Por Todos para no dejarlos volar. Estos posaban a su vez sobre una mesa cuadrada blanca de plástico (de esas que se ven en el jardín de casa) ubicada sobre una franja de césped que separaba la calle de la acera que limitaba con el Riachuelo.
Cinco personas que ya habían cumplido los cincuenta años, dos mujeres y tres hombres, estaban alrededor. Pero sólo había dos sillones estilo director de cine que de todas formas no iban a cumplir su función.
Desde la mesa se podían trazar dos semirrectas. Una de ellas estaba dirigida a los autos enfilados a noventa grados respecto del césped, los cuales hacían el papel de carteleras para los afiches del partido. En esa fila, se podía encontrar desde un Renault 6 hasta y un Peugeot 2

Del lado de la primera semirrecta circulaban cada vez más autos sin detenerse a pesar del intento de los afiches, de los cuidadores de autos quienes llamaban con sus banderines, y de la voz de un hombre proveniente de un altoparlante que repetía: “El 23 de octubre, vote Patricia Bullrich Diputada, Armando Tisera Legislador”.
Siguiendo a la segunda semirrecta, se contemplaba el agua sin movimiento del Riachuelo, las barcas estacionadas y los muelles. Más atrás, los dos puentes de hierro altos como un edificio-torre metropolitano. El conjunto podría haber sido retratado por un pintor a quien no se le seca la tinta.
Una mujer de unos cincuenta años, con cabello abultado castaño, con saco y pantalones grises no apretados al cuerpo, con ojos entreabiertos y frente fruncida por culpa del sol frontal, llegó a la

El Barrio de La Boca es visitado por miles de personas. Más aun en un fin de semana largo. Pero esa cantidad no notó la llegada de Patricia Bullrich. Es cierto, no hubo una presentación con fuegos artificiales, con una banda musical ni con reflectores. No llegó ella en uno de esos autos en los que viajan los actores famosos, ni se subió a una tarima y, menos aun, i

A pesar del continuo aviso de presencia por el altoparlante, más tarde el tránsito de personas llegó a tener una frecuencia de una por cada cinco minutos. La candidata de Unión Por Todos dejó la acera, saludó a sus asistentes y, después de media hora de haber llegado, se despidió de La Boca, pero La Boca no se despidió de ella.
Fotos: Ludovico Consentino Lombardi
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