jueves, octubre 06, 2005

Presentación en la Universidad de Palermo

Por Natalia Arrigoni

El aula estaba vacía. Faltaban apenas unos minutos para las 10.30 de la mañana y sin embargo sólo las mesas y las sillas se hacían presente a la cita. El lugar no era muy amplio. Hacia el fondo, una mesa alargada, sostenía una jarra con agua y un par de copas, en torno a ella se disponían en no más de tres filas, formando una especie de U, el resto de las mesas con sus respectivas sillas. Los primeros en llegar, fueron unos alumnos de periodismo. Luego, se sumaron otros, de derecho. Luego, algunos profesores. Luego, Patricia. Acompañada por Francisco Von Wuthenau y Celina Mc Lean, ambos candidatos a Diputados, especializados en el área de ciencias y educación, Patricia comenzó a saludar a quienes años atrás habían sido sus profesores, los que no hacían más que repetir a los alumnos el bajo perfil de la candidata como estudiante y el brillante promedio con el cual se recibió, apenas unos cuatro años atrás.
Mientras los últimos en llegar se acomodaban en sus asientos, Patricia dio la orden al ayudante de prensa, de repartir algunos folletos sobre su candidatura, en los que, recalcó, se presentan a todos los candidatos de su partido. Luis Blanco, uno de los profesores, se sentó junto a los invitados, en la mesa principal, y fue él quien hizo la presentación formal de cada uno de ellos.
Alumnos y profesores, permanecían en silencio. Algunos tomaban notas desaforadamente, otros parecían jugar con sus lapiceras; algunos leían los distintos folletos, otros se entretenían doblándolos o haciendo rollitos. Luis Blanco se encargaba de hacer las preguntas, que sólo estaban dirigidas a Patricia, mientras Francisco, intentaba participar de alguna manera en la conversación y Celina permanecía callada, asintiendo con la cabeza aquello que expresaban sus compañeros.
El ciclo se repetía. Con cada pregunta, Patricia se acomodaba en la silla, erguía su espalda y miraba hacia abajo. Recién al momento de contestar, su mirada hacía foco en los ojos de Luis. Sus manos acompañaban cada una de sus palabras, y a medida que desarrollaba su respuesta, su espalda erguida comenzaba a apoyarse sobre el respaldo de la silla.
Frente al pedido expreso del profesor, y tras varios segundos de silencio, los alumnos comenzaron a formular sus propias preguntas. La mayoría pedía aclaraciones sobre las propuestas presentadas en los folletos repartidos y Patricia, una vez más, se vio obligada a contestar si se arrepentía de haber participado en la gestión de Fernando De La Rua. La rutina de preguntas fue afortunadamente corrompida por uno de los alumnos de periodismo, quién de manera abrupta y espontánea le preguntó cómo era hablar con De La Rua. Inmediatamente, Patricia congeló su cuerpo y sus gestos. El chico volvió a preguntar. Patricia lo miró y le dijo “ te estoy respondiendo hace más de cinco minutos”.

0 Comments:

<< Home